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El agua barilochense de exportación busca llegar hasta China

El agua barilochense de exportación busca llegar hasta China

Una pyme que sufre por la caída del consumo está a punto de enviar 6.000 botellas a Alemania, luego de haber entrado en el mercado australiano. Se mostrará en una feria en Shanghai.


 

Los titulares de una pyme que distribuye agua mineral en esta ciudad desde hace 35 años están convencidos de que con los costos productivos y las limitaciones del mercado local no tienen futuro.

Por eso ya lograron hacer pie en Australia, preparan un primer embarque de agua envasada para Alemania que saldrá la próxima semana y apuestan fuerte a ingresar en China y otros mercados de oriente.

La firma Alun-Co nació en 1984 y desde entonces ganó presencia en Bariloche y la región, hasta que en 2013 comenzó a tender puentes para ofrecer su producto en todo el mundo.

Hernán Iaría y Marcelo Ferrer son los propietarios de la empresa que recibió apoyo del Consejo Federal de Inversiones y del Crear rionegrino para participar el mes próximo de la feria SIAL de alimentos y bebidas, en Shanghai (China).

Luego tienen previsto viajar a otra ronda de negocios de tres días en Ho Chi Minh (Vietnam) y finalmente harán escala en Atlanta (Estados Unidos) donde tienen contactos preacordados a través de la Cámara de Comercio Argentino y Estadounidense.

El gobierno provincial destacó que la cita en China es “un desafío de expansión mayúsculo” para la empresa barilochense.

Hernán Iaría aseguró que el nicho de clientes al que apuntan es “a los que están dispuesto a pagar más por alimentos de calidad” y que en todo el mundo representa en promedio el 3% de la población. “En China ese público son millones de personas”, explicó.

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3% del mercado mundial busca alimentos de calidad. A ese público, que en China son millones, apunta Alun-Co.

Con Alemania preacordaron una primera venta y luego los esperaron un año hasta que pudieran desarrollar un envase de plástico, en lugar del tradicional de vidrio. “Ellos tienen un impuesto muy alto por importar en envases de vidrio, porque les cobran el gasto de reciclaje, que con el plástico es menor”, explicó.

Resuelto ese punto, la semana próxima Alun-Co embarcará el primer envío piloto de cinco pallets -unas 6.000 botellas de 600 y 1.500 centímetros cúbicos– que funcionará como una “prueba” en la que se testearán los tiempos y la confiabilidad, dijo Iaría.

Según el empresario, Alun-Co produce hoy a un ritmo de 30.000 litros por día, pero ese volumen “es menos del 5% del que se podría procesar sin alterar el ecosistema”. El agua proviene de un manantial de surgencia natural, ubicado al sudeste de Bariloche, a poca distancia del casco urbano.

Señaló que “una de las limitantes es la capacidad de las máquinas”, aunque con la demanda asegurada la empresa no tendría problemas en sumar nuevas. Hoy ya están en pleno montaje de una nueva línea de producción, que le permitirá completar hasta dos contenedores diarios de 57.000 botellas.

Iaría dijo que hoy Alun-Co “busca cómo paliar la difícil situación que afecta a todas las pymes del país, y que tiene que ver con los costos productivos muy altos y la limitada capacidad de consumo”. Señaló que esa ecuación les depara “márgenes de ganancia muy escasos”.

El agua que envasamos surge naturalmente sin sodio y tiene características físico-químicas que son únicas

Hernán Iaría, uno de los propietarios de la pyme Alun-Co.

“Hace dos años iniciamos un vínculo con Emiratos Árabes, que nos dejó bien posicionados porque ellos realizaron exámenes muy exhaustivos al agua, como hacen con cada alimento que compran, y la de Bariloche “quedó calificada como la mejor agua entre las principales de todo el mundo”.

La venta a Australia fue otra buena experiencia, aunque les costó cobrar.

Dijo que la de Alun-Co es un agua mineral “que surge naturalmente sin sodio y tiene características físico químicas que son únicas”.

El mercado al que apuntan “está disperso en todo el mundo”, con la ventaja de que en países como China, por su cantidad de población, suman como un país entero. “No es lo más sencillo, pero todo el mundo busca ese mercado”, dijo Iaría.

Señaló que las distancias no son el principal obstáculos, sino los costos que representa exportar en la Argentina. Dijo que los aranceles, derechos internos y otros gravámenes exigen desembolsar 3.500 dólares para poner un contenedor en el puerto de Buenos Aires, “mientras que el flete a Dubai del mismo contenedor cuesta 1.200 dólares”.

Iaría dijo que armar los contactos es lo más arduo porque “hay que dar con la gente correcta”. Señaló que esperan “aprovechar el empujón” de la feria en China y se tienen confianza “porque el producto es muy bueno”.

 

Fuente: Rio Negro

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