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Los despachantes de aduana siguen en la zona de promesas

Se quejan porque hay 15 mil posiciones arancelarias con restricciones para importar y productos que ni siquiera se aprueban. En Córdoba, los envíos al exterior sólo se reactivaron en el sector agropecuario.

Días atrás, el Centro de Despachantes de Aduana (CDA) reunió a los delegados de todo el país en Córdoba. La excusa era festejar los 30 años de la delegación local. Pero el tema de fondo fue que, cuando falta poco para cumplirse un año del nuevo gobierno, las cosas no han variado demasiado en el comercio exterior.

“Esperábamos un cambio muy positivo. Con el correr de los meses, nos fuimos apagando”, reconoció el presidente del CDA, Gustavo López. “A lo mejor, pecamos de tener una expectativa demasiado alta. En un momento, el Gobierno habló de poder exportar e importar sin tener que pedir permiso. Eso en la importación no ocurrió”, agregó el dirigente, quien encabezó el encuentro.

A partir de este año, la administración de Mauricio Macri dio de baja las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), para cumplir una exigencia de la Organización Mundial de Comercio (OMC), organismo en el que se perdió un juicio iniciado por otros países que vieron frenar el ingreso de sus productos.

Pero al esquema lo sucedió el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (Simi), que restringe el ingreso de 15 mil posiciones arancelarias con licencias no automáticas (LNA) que deben tramitarse en Buenos Aires.

Según los despachantes, las LNA deben aprobarse en 60 días, pero algunos productos textiles, juguetes y calzado directamente no se autorizan, lo que deriva en largas tramitaciones que, en algunos casos, terminan en la Justicia, como un déjà vu de los tiempos del exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Operadores del mercado advierten que el macrismo se enfocó este año en frenar el narcotráfico que se colaba por Aduana. Otros creen que pesa el lobby de fabricantes nacionales, que reclaman protección.

“No es un sistema lógico de trabajo. La importación no es una actividad prohibida. Medida en dólares, en lo que va del año se importó 7,5 millones de dólares menos que en igual período de 2015. Hay industrias que llevan protegidas 24 años; si en todo ese tiempo no se pudieron desarrollar, ¿por qué hay que hacerle pagar al pueblo su incompetencia y su incapacidad?”, opinó López.

Por su parte, Walter Garello, titular del CDA Regional Córdoba, dijo que de los dos grandes rubros exportadores locales –el campo y la industria metalmecánica–, sólo el primero se mantiene activo.

“Las automotrices y sus empresas satélites están complicadas. Al caer la exportación, se para la estructura laboral del resto. La agroindustria, sobre todo en los rubros maniseros y sojeros, se ha visto beneficiada con las nuevas directrices del Gobierno”, indicó.

En este marco, explica que el resto de los exportadores, que perdieron competitividad tras la devaluación, retomaron sus planes en forma lenta. “Recuperar esto no se logra de un día para el otro. Hay que volver a posicionarse en los mercados y a generar confianza. Están apareciendo nuevas unidades de negocios, pero a paso muy lento”, aclaró.

Autor: Diego Dávila
Fuente: lavoz.com.ar

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