Ser, hacer y parecer, tres “bochazos”
Columna de Walter Giannoni.
Además de todos los problemas derivados de la crisis económica de arrastre y la pandemia –dos cosas en las que se siempre se justifica frente a este presente calamitoso– el Gobierno tiene pendiente de resolución un dilema que lo acompaña cada vez que se esfuerza por mostrar algún resultado.
Ese dilema es que para generar confianza en quienes a diario toman decisiones económicas, además del discurso es necesario “ser, hacer y parecer”.
Pasó, por ejemplo, otra vez esta semana durante la presentación virtual de Kulfas en la Bolsa de Comercio de Córdoba. Es difícil discrepar con el ministro cuando uno escucha sus presentaciones. Está alejado de las posiciones dogmáticas de otros funcionarios del kirchnerismo y hay que reconocérselo.
Es decir, que a la materia del “parecer” este funcionario la tiene aprobada. Su problema y la de todo el Gobierno está en los otros dos factores.
Resulta sencillamente difícil generar confianza cuando se impulsa una ley de biocombustibles que deja atado a todo un sector a la voluntad de un funcionario.
Y también es complicado encender la llama del entusiasmo cuando se habla del gasto público y apenas unos días antes se habilitan derechos inalienables para miles de personas sin haber resuelto la crisis precedente.
¿Qué inspiración se puede conseguir para motivar inversiones en los casos, por ejemplo, de los sectores de la salud privada y de las telecomunicaciones? El kirchnerismo no sólo obturó durante meses actualizaciones tarifarias para recortar algo del impacto inflacionario sino que además, en ambos rubros, acudió a la Justicia para anular esos caminos. Y, de paso, a las “telcos” le impuso más obligaciones y las empresas de salud las objetó en plena pandemia.
Con el campo, y estamos hablando de los productores, pasó igual. El cierre a la mitad de las exportaciones cárnicas condena al olvido a cientos de proyectos ganaderos. ¿Cómo se hace para pedir mayor producción cuando se insiste con medidas abrigadas en el fracaso?
Le molesta, por ejemplo, que le cuestionen el alineamiento internacional (terreno donde el silencio también habla) pero no para de sacarse fotos en lugares donde el capital privado es un enemigo.
La lista de cosas donde el “ser”, el “hacer” y el “parecer” exigen un necesario alineamiento para iluminar el camino de la inversión y el crecimiento. Es el primer paso si se quiere salir adelante.
Esta columna fue publicada en la Revista Container del 18/07/2021.
