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Una coyuntura que obligó a bajar las expectativas

Los cambios son más graduales de lo esperado originalmente. El sector recuperó el diálogo con el Gobierno. La esperanza está puesta en la reactivación.

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El comercio exterior tenía una expectativa muy alta de que iniciado el gobierno de Mauricio Macri rápidamente se normalizara la operatoria, tal cual lo había prometido en su campaña. 2016 demostró que había que bajar la ansiedad y entender que los cambios serían más graduales de lo esperado originalmente.

Los datos duros muestran que las exportaciones de los primeros 10 meses de 2016, 48.314 millones de dólares, bajaron 2,1 por ciento comparado con el mismo período del año pasado, fruto del freno a las ventas de combustibles, vehículos y autopartes; mientras tanto las importaciones, 46.362 millones de dólares, fueron 8,2 por ciento por ciento menores en la comparación anual, resultado del freno en la actividad industrial.

Esto permitió que el déficit de la balanza comercial del año pasado, que rozó los tres mil millones de dólares, cambie de signo y se convierta en un superávit de 1.952 millones de dólares.

Sin duda fue el campo el que sostuvo las exportaciones. Al respecto Luis Macario, presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, sostiene: “El Gobierno interpretó que lo más rápido para generar un flujo positivo en la economía era activar la agroindustria. Le quitó el pie de encima al eliminar los derechos a la exportación. La otra buena señal fue la unificación del tipo de cambio. Con pocos estímulos, la agroindustria respondió”.

El sector que no puso reaccionar es la exportación industrial, sobre todo por la caída en la demanda de los mercados.

En este sentido opina Marcelo Olmedo, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec): “Las exportaciones industriales están fuertemente afectadas, pero no porque haya empeorado la competitividad; el problema es la crisis brasileña, el principal destino de las ventas al exterior”.

En materia de importaciones, si bien el esquema que reemplazó a las DJAI, el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (Simi), todavía arrastra algunos problemas del pasado, la operatoria mejoró.

Así opina César Oronel, presidente del Centro de Despachantes de Aduana: “El panorama se aclaró, se trabaja más tranquilo, con lineamientos más claros. Además es otro el trato, hay diálogo, en la última etapa (del Gobierno K) ya no había diálogo”.

El dirigente descarta que las importaciones fueran desmedidas, al explicar que “hay muchas trabas y mucho cierre, aumentó pero a un ritmo controlado”.

El futuro con cautela

La expectativa de mejora todavía es grande, pero los cambios serán graduales.

El proyecto de presupuesto del gobierno nacional 2017 pronostica un escenario más positivo. En base a un crecimiento de la economía para el año próximo de 3,5 por ciento, alienta expansiones de 7,7 por ciento en las exportaciones y 9,8 por ciento en las importaciones.

Dos datos del contexto internacional ayudan a sostener este pronóstico. En 2017, Brasil crecerá 0,8 por ciento según el Banco Central de ese país; si bien es menos de lo esperado, es una buena noticia para una economía que cayó más del tres por ciento en 2015 y 2016. Esto alienta a la Cepal a estimar que América latina y el Caribe crecerá 1,3 por ciento en 2017.

El segundo dato lo aporta el Ieral, de la Fundación Mediterránea, según el cual las importaciones de China, que representan 11 por ciento del comercio mundial, empezaron a reducir su caída; el pico más bajo se dio en diciembre de 2015, cuando bajó -14,4 por ciento interanual, a partir de lo cual empezó a reducirse y en septiembre la caída llegó a 9,2 por ciento interanual.

Pero al respecto, el titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Diego Dequino, advierte: “Las dificultades siguen vigentes y no se van a remover ni en meses ni en un año, sino que requieren dos a tres años. Debemos ser cautelosos en las expectativas. Quizá hubo una desmesura en las expectativas en torno a la participación del comercio exterior en el rebote de la actividad. Lo importante es que se generen las condiciones para que en 2018 la economía vuelva a crecer, lo que sería algo inédito en los últimos cinco años”.

Podés ver la revista de diciembre completa desde aquí:

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