Economía: 2021 ya es más previsible que 2020
Columna de Walter Giannoni.
El año en el que se declaró la pandemia más letal para la humidad desde la recordada Fiebre Española está a punto de concluir. En cifras redondas, van 1,8 millones de muertos en el planeta y unos 43 mil en el país.
Así como nadie preveía la aparición de la enfermedad y su rápida penetración, por distintas razones pocos de los pronósticos económicos vigentes por entonces terminaron por redondearse para la Argentina.
El 30 de diciembre de 2019, el dólar oficial cotizaba a 63 pesos y el paralelo no existía. El primero aumentó el 41% en el año y si la comparación se realiza con el blue el salto es del ¡153%!
Si alguien te hubiera dicho en aquel diciembre que vendría una enfermedad global que nos encerraría a todos y que en la Argentina el valor del dólar subiría una vez y media (sobre todo cuando ya había dado un salto desde mediados de agosto), es posible que lo tomaras como un charlatán de feria.
Pero las dos cosas sucedieron y la realidad es que aunque la vacuna es una esperanza tampoco sabemos con la precisión que quisiéramos qué va a pasar con el Covid-19 en 2021 y para dónde evolucionará la economía.
Sí tenemos al menos dos percepciones. La primera es que este problema sanitario se extenderá hasta por lo menos bien entrado el próximo año y, lo segundo, es que la confianza será un bien escaso a la luz de las decisiones que ya viene bocetando el Gobierno para atender el año electoral.
En esa sencillez del conjunto habrá, como los hubo en 2020, ganadores y perdedores en materia económica. Aún si a Alberto Fernández le fuera muy bien en su gestión, casi todos los analistas coinciden en que en el mejor de los casos la economía volvería a estar parada en febrero de este año, pero con un nivel de pobreza superior al 50 por ciento.
“Si Alberto Fernández termina su mandato en 2023 con el mismo PBI que teníamos en 2016 o 2017, creo que firmamos ya. Para el crecimiento falta mucho para pensar. Por ahora es recuperación”, señaló Carlos Santángelo, el socio de Melconián.
Es decir, a diferencia de cómo arrancó este año que hoy concluimos, ahora sí tenemos algunas pistas de lo que viene, lo cual, como siempre pasa en la economía otorga más previsibilidad a la toma de decisiones. Aunque esas pistas nos gusten poco y nada.
