La Argentina, ante la globalización 4.0
La exportación de servicios basados en conocimiento debería crecer de manera sustancial. Es crucial la reglamentación de la ley de Economía del Conocimiento.
Gustavo Fadda – Especialista en Comercio Exterior
Desde el inicio del siglo XXI, muchos acontecimientos han actuado como “disruptores”: la caída de las Torres Gemelas, la crisis financiera en 2008 y la emergencia de países que pasaron de subdesarrollados a poderosos; el orden mundial se transformó, convirtiéndose en multipolar.
Ahora, algo más grave ocurre con la pandemia del Covid-19, y la economía se vuelve anormal. En realidad, antes de esta emergencia ya habíamos estado transitando otro proceso de cambio, quizás silencioso: la tendencia a la intangibilización de la producción.
La economía mundial está en un proceso de cambio en lo que se conoce como “globalización 4.0”, apoyado por el conocimiento, la información, la ingeniería, la innovación, la invención, el know how, la propiedad intelectual, las comunicaciones, las patentes e intangibles varios, que se convierten en el motor del valor generado.
Ser parte de esta etapa de la globalización, que es mucho más exigente, sofisticada y tecnologizada, es crucial para Argentina.
El peso de los servicios.
La sumatoria de todas las exportaciones de bienes y servicios en el planeta llegó en 2019 al récord nominal de 25 billones de dólares. El comercio internacional de servicios creció en los últimos 15 años 60% más que el de bienes físicos.
Estamos en presencia de un nuevo contexto en el que viajes y transporte, migraciones, flujos de conocimiento, noticias, valores y pautas culturales, generan un flujo que pone de relieve un incontrastable cambio en la composición de la matriz.
Situación en Argentina.
Las exportaciones argentinas de servicios en 2019 llegaron casi a U$S 14.000 millones. El resultado no es tan positivo como cabría esperar, ya que desde hace una década están estancadas en estos valores. Las exportaciones de servicios representan una cifra medida en dólares equivalente al 23% de las exportaciones de bienes.
Este tipo de exportaciones debería crecer de manera sustancial, especialmente las basadas en conocimiento, para mejorar el posicionamiento en la globalización 4.0. Para ello es crucial la reglamentación de la ley de Economía del Conocimiento.
