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Predicadores que no nos sirven

Predicadores que no nos sirven

Sobran predicadores, faltan teólogos. No es una discusión religiosa, aunque no lo parezca es netamente política.


Por Walter Giannoni.


A diario, a cada rato, en cada momento, aparecen por los medios y las redes sociales predicadores que pretenden indicarle al resto de los argentinos en qué lugar de la historia estamos parados.

La diferencia entre el predicador y el teólogo es enorme, aunque las más de las veces se confunden los roles. El predicador sermonea, da extensas homilías con conceptos y conclusiones aprehendidos de otros, repite cíclicamente las mismas cosas y en general siempre para los mismos fieles. Horroriza con la idea del mal sobre el bien.

El teólogo, en cambio, estudia, adquiere un conjunto de conocimientos basados en el análisis y en datos. Va a la hondura, revisa conceptos y obtiene conclusiones.  Hubo en la historia hasta quienes dudaron de la existencia de Dios.

Con frecuencia nos aparecen en el celular videos de “predicadores” que insisten en señalar, una y otra vez que estamos en medio de un populismo que nos lleva a Venezuela o peor aún derecho a Cuba. No hay racionalidad y ni siquiera novedad en eso.

No le sirven a nadie porque en la sociedad argentina ya está claro que existe una discusión política donde unos le atribuyen la receta populista a los otros y a la vez aquellos son acusados de practicar el “neoliberalismo salvaje” en un país que, como se dijo esta semana, vive en un “capitalismo sin mercado”.

En las elecciones de 2015 esa discusión sobre el populismo “venezolanizador” ya estaba arriba de la mesa y, sin embargo, con lo que vino después poco se hizo realmente para abandonar esa dirección, si es que efectivamente existiera como un hecho pretendido. Cosa de teólogos de la política.

Por solo ir a un punto: Imaginemos, como un ensayo, que en 2023 cambiara el signo político y asumiera un gobierno efectivamente situado en las antípodas del presente. ¿Qué va a hacer con los 19 millones de cheques que paga el Estado? ¿Dejará de entregarlos de un día para el otro? Imposible, sería la venezolanización más rápida y eficaz de la sociedad argentina.

Sí existe un camino para hacer las cosas con tiempo y progresivamente. Reformas fiscales y previsionales, por ejemplo, requieren procesos. Pero hay poco liderazgo que quiera hablar de eso.

En Argentina faltan teólogos de la política que marquen caminos concretos. Predicadores pululan por WhatsApp..


Esta columna fue publicada en la edición digital de la Revista Container del domingo 12 de junio de 2020.

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