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Mercosur: la ilusión de una nueva era dorada que potencie la inversión

La previsión de que Argentina y Brasil vuelvan a crecer en 2017 y sintonicen políticas, genera expectativa de que el bloque salga del estancamiento. Enfrentan desafíos similares: en el corto, la cuestión fiscal y estructuralmente, mejorar la productividad, pasando de un modelo basado en el consumo a otro con más peso de la inversión y las exportaciones.

Aunque a velocidades diferentes, en 2017 Brasil y la Argentina, los dos principales socios del Mercosur, volverán a crecer en el marco de políticas económicas con alto grado de afinidad. Se trata de un escenario nuevo para el bloque, que lo tornará más atractivo para la inversión extranjera y abrirá la posibilidad de que se genere una agenda flamante tanto hacia dentro como fuera, para salir del actual estancamiento.

El PBI brasileño se contraerá este año menos de lo proyectado inicialmente (en torno a 3,1%, según Abeceb), luego de haber caído 3,8 % en 2015, su peor resultado en 25 años, y comenzará a recuperarse en 2017, con un leve crecimiento (de alrededor de 1,2%), impulsado principalmente por la inversión privada, dadas la mejora de las expectativas tras el impeachment contra Dilma Rousseff. En tanto, la Argentina concluirá 2016 con una recesión de 1,7% y crecerá 3,2% el año que viene, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado que efectúa el Banco Central.

“Más allá de los obstáculos circunstanciales por Venezuela (los países fundadores del Mercosur decidieron administrar temporalmente el bloque hasta que Venezuela cumpla con ciertos requisitos económicos, junto con cuestiones políticas y de DD.HH), la recuperación de la actividad en la Argentina y Brasil debería fortalecer la posición de ambos presidentes para liderar cambios en un bloque virtualmente estancado hace varios años”, evalúa Dante Sica, ex secretario de Industria y director de Abeceb, que asesora a empresas de ambos países. Sica argumenta que los gobiernos podrán refrendar -incluso electoralmente- sus agendas de reformas pro-mercado a nivel nacional y así avanzar hacia una mayor integración de la región en el mundo.

“La situación es similar a la de 1997 y 1998, que fueron los años dorados del Mercosur”, evalúa Gustavo Segré, socio director de Center Group y profesor de la Universidad Paulista, “porque los dos gobiernos están alineados y con ganas de aproximarse”. Las políticas económicas de Mauricio Macri y Michel Temer son mucho más parecidas que en tiempos de Dilma Rousseff. Las relaciones exteriores de los dos miran al mismo objetivo. En consecuencia, Segré espera que, solucionando los problemas nacionales, la Argentina y Brasil vuelva a aproximarse.

Desafíos similares

“Los dos países comparten el desafío de pasar de un modelo de crecimiento basado casi únicamente en el consumo y el gasto público a otro con mayor peso de la inversión y las exportaciones, en un mundo con términos del intercambio menos favorables”, enfatiza el director de Abeceb. Esto implica generar ganancias de competitividad que no estén basadas en aumentos circunstanciales de los términos del intercambio o del tipo de cambio, sino en incrementos sostenidos de la productividad que permitan ganar nuevos mercados y agregar valor a las exportaciones.

Para Sica, esta agenda en común presenta una oportunidad única para que el Mercosur desarrolle nuevos mecanismos de integración al mundo, incluyendo un mayor acercamiento con los EE.UU. y la Alianza del Pacífico, así como nuevas plataformas para fortalecer la integración con los mercados con mayor potencial en Asia. Sin embargo, persiste la amenaza de acuerdos individuales con terceros.

Comercio bilateral

El comercio bilateral entre ambos países viene cayendo en forma sostenida desde 2011, cuando el intercambio de bienes llegó a casi u$s 40.000 millones. El año pasado, cerró con un comercio bilateral de bienes de u$s 23.000 millones y Abeceb proyecta que alcance tan solo u$s 21.000 millones en 2016.

Sin embargo el comercio bilateral habría tocado fondo en agosto: creció 4,7% en septiembre respecto del mismo mes de 2015 y 13,2% en agosto respecto de igual mes de 2015, tras 35 meses consecutivos de caídas. Esta mejora continuaría durante el resto del año y en 2017, en línea con una mejora de la actividad en ambos países. Para 2017, Sica prevé un crecimiento cercano a 9% en el comercio bilateral, lo que significaría que el comercio bilateral vuelva a niveles de 2015, con un aumento de 8% en las exportaciones de bienes a Brasil y de 10% en las importaciones desde Brasil.

En este marco, el déficit que enfrenta la Argentina en la balanza bilateral con Brasil continuará aumentando en 2017, aunque a un ritmo significativamente menor que este año. De enero a agosto, el déficit comercial de la Argentina con Brasil ya acumula u$s 3000 millones, cuando en todo 2015 fue de u$s 2515 millones. Según Center Group, el déficit comercial con Brasil concluirá por arriba de los u$s 5000 millones este año. Abeceb lo proyecta cercano a u$s 4000 millones y el Centro de Estudios de la Nueva Economía de Universidad de Belgrano, en u$s 4500 millones, que podrían reducirse a u$s 3500 millones en 2017. “El crecimiento de la economía brasileña tendrá un impacto positivo en la demanda de importaciones provenientes de la Argentina, particularmente en la producción láctea, química y automotriz”, anticipa Víctor Beker, director de ese Centro.
No obstante, el creciente desbalance en el comercio bilateral no impediría un mayor acercamiento entre ambos países. Por el contrario, Abeceb espera que ambos países logren negociar mecanismos para controlar el desbalance en el mediano plazo y así puedan enfocarse en la agenda común de impulsar las exportaciones.

“Las exportaciones argentinas, afectadas por problemas de competitividad interna, se vieron fuertemente golpeadas por la recesión del país vecino, al cual se destina 30% del total”, enfatiza Matías Surt, economista jefe de INVECQ. En 2014 las exportaciones argentinas a Brasil cayeron casi todos los meses a un ritmo de 15% y, en 2015 y en la primera mitad de 2016, a tasas de entre 25 y 30% interanuales. Pero en los últimos dos meses se registraron aumentos interanuales y la tendencia continuaría afianzándose en un contexto de recuperación de la actividad económica en ambos países.

Más allá del comercio bilateral, a la hora de atraer inversiones extrazona, los analistas coinciden en que la mejora de Brasil beneficia a la Argentina, como resume Elizondo: “El mundo nos ve como una región y como aliados. Brasil es la continuación del mercado argentino por el Mercosur para muchas empresas”.

Autor: CARMEN LÓPEZ IMIZCOZ
Fuente: cronista.com

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