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Sustentable y sostenible

go-green-earth-in-hands-1210x423Muchas veces oímos decir que la protección ambiental se contrapone al desarrollo, cuando en realidad son dos componentes integrados e indisolubles.

Sustentabilidad es un concepto que aplica a todas las actividades humanas individuales o colectivas. Propone la ética y la responsabilidad como valores rectores y su enfoque apunta a equilibrar renta, utilización de recursos, cuidado del medioambiente y respeto por las personas.

Ser o parecer

En nuestro país nos hemos acostumbrado a manejar el término sustentabilidad con cierta frivolidad, aludiendo exclusivamente a la condición por la cual un negocio se mantiene redituable en el tiempo. De manera reticente en los últimos años se incorporó la protección de los recursos naturales, pero siempre desde una concepción utilitaria.

Una actividad es sustentable toda vez que puede obtener ganancia económica suficiente, sin dañar el ecosistema y cooperando con el bienestar de la comunidad.

RSE

Los sistemas modernos de certificación de Buenas Prácticas incluyen indispensablemente un compromiso con la ética y la responsabilidad social.

La adhesión a la “Iniciativa del Comercio Ético” es un requisito cada vez más exigido por importadores europeos a sus proveedores. El empresariado japonés favorece los negocios con quienes trabajan con protocolos de “Comercio Justo”. En los EEUU las antiguas formas de filantropía corporativa
-llamada marketing social- perseguían fines propagandísticos o fiscales y por ello perdieron valor. Actualmente se promueve la RSE, por cuya virtud la compañía no se limita a hacer donaciones a terceros, sino que se involucra directamente en la promoción del bien común para demostrar responsabilidad social y ser considerada sustentable.

Sustento

Es la Comisión Mundial de Medioambiente y Desarrollo de Naciones Unidas (CMMD) en su plenario de 1987, la que inaugura el concepto de sustentabilidad. En su reporte “Nuestro Futuro en Común” enfatiza la necesidad de corregir y prevenir la explotación abusiva de los recursos naturales y la consecuente degradación del planeta, apuntando a preservar el sustento de las generaciones futuras. También llama a las naciones a cooperar en brindar soluciones a las problemáticas medioambientales.

La visión de desarrollo sostenible surgirá luego, con los 27 principios constitutivos de la denominada Agenda 21, que en 1992 suscribieron 180 mandatarios reunidos en la llamada “Cumbre de la tierra”, en Rio de Janeiro.

Carta de la tierra

Consagra lineamientos para la protección de los ecosistemas y los recursos naturales, con el propósito de que las actividades productivas se desenvuelvan en un mundo más sano, justo y sustentable.

Se alude a la producción y el consumo como dos segmentos que es preciso armonizar para promover un desarrollo sostenible: debemos ser responsables tanto para producir como para consumir.

En su punto 7 la Carta propone “adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.”

Ética

La Carta de la Tierra está dotada de un profundo sentido humanista, destacando el factor social como componente esencial de todo proyecto sustentable. Entiende indispensable “asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible” y también “afirmar la igualdad y equidad de género (…) asegurando el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.”

Erróneamente suele señalarse que la protección medioambiental se opone al desarrollo, cuando en realidad son dos factores integrados e indisolubles. Precisamente, la sustentabilidad social y ambiental es lo que le otorga a cualquier proyecto la factibilidad de perdurar y fortalecerse. La Carta también insta a diseñar tecnologías que no resulten perjudiciales y a usarlas con sensatez.

Huella de carbono

Es uno de los avances más concretos de la Agenda. Consiste en que cada actividad productiva analice y cuantifique el impacto ambiental que generan sus procesos y se haga responsable por ellos a través de herramientas paliativas o compensatorias.

La HC se mide según la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) expresados en unidades de dióxido de carbono.

Existe evidencia irrefutable de que el cambio climático y el calentamiento global, con sus nefastas consecuencias, son provocados por la emisión de GEI originados por las distintas actividades humanas.

Para trabajar en el control y reducción de GEI disponemos de normas internacionalmente reconocidas, como PAS-2050, GHG-Protocol e ISO-14064, entre otras.

Mirá la revista de junio completa:

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