¿Cuánto músculo político queda?

Por Walter Giannoni.

Son incómodas las preguntas: ¿Cuánto aguanta de este modo el gobierno de Alberto Fernández? ¿Cuánto soporta esta tormenta combinada de pandemia, crisis económica, conflicto interno y, según todas las encuestas, desánimo social por el futuro? ¿Es el gobierno de Alberto o el de Cristina Fernández?

Si fuera en realidad el de Cristina por la amplia cantidad de decisiones que logra imponer en la agenda de Alberto, ¿hasta dónde tiene resto para sostenerse así?

Días atrás un economista, Enrique Szewach, tuvo la ocurrencia de decir que el oficialismo no debería atrasar las elecciones de medio término sino adelantarlas. Más adelante puede ser mucho peor. “Si el Gobierno espera postergar las PASO un mes para que la cosa mejore, lo pensaría dos veces. Yo no creo que funcione”, deslizó antes de que Juntos por el Cambio diera su Ok al cambio de fechas. “Mi posición es que la economía difícilmente mejore mucho en los próximos meses”, explicó.

Jugado a conseguir más vacunas para atravesar lo que climáticamente ya se anuncia como un duro invierno, el oficialismo centrará casi toda su estrategia electoral en el conurbano donde, precisamente, están las principales secuelas de contagios y muertes del Covid-19.

Recientemente, consultamos por WhatsApp a empresarios cordobeses sobre este punto. A sólo un tercio del mandato presidencial, ¿cuánto músculo tienen Alberto/Cristina para todo lo que viene?

120 hombres y mujeres de empresa de Córdoba expresaron su opinión en cuatro respuestas preformateadas. El 48,5% indicó que depende de cómo evolucionen la pandemia y la economía en los próximos tres meses. Otro 32,8% indicó que ya se quedó sin margen de confianza en la sociedad y entra en una crisis de final incierto. Finalmente, el 13,4% apuntó que todavía le queda mucho músculo político porque Cristina está detrás.

Para ningún analista es sencillo predecir las próximas fases económico-pandémica. Aquél análisis de Szewach en el sentido de que difícilmente mejore la economía hoy también se desliza hacia el común de las personas que no tienen expectativas de alguna recuperación.

Y como siempre sucede en este tipo de crisis macroeconómicas (insistimos, agravada por la pandemia), una decisión complica otra. Cuando las cosas son así para quien gobierna el único camino de salida es la política. Una ruta menos predecible todavía.