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Milei busca atravesar el peor momento de cada año

Milei busca atravesar el peor momento de cada año

Columna por Walter Giannoni.


Que lo vaya a ser algún día, es otro tema. Milei se comportó en el Congreso como un estadista que busca construir largo plazo, algo inexistente en la Argentina. Pero, quienes tuvieron la oportunidad de asomar la nariz puertas adentro de su gobierno de afirman que allí hay una  trastienda difícil de exteriorizar. Las reacciones conocidas del presidente, manifestadas a través de sus expresiones públicas en contra de cualquiera que se le cruce, han hecho que hasta sus más estrechos colaboradores estén temerosos de expresar algo que pueda incomodar al jefe libertario.

El escarnio de las redes resulta más o menos comprensible cuando se trata de un “enemigo” (así por lo menos lo entiende Milei), pero se transforma en papelón si el señalado es un funcionario o un posible aliado. Los casos de Osvaldo Giordano y de Ricardo López Murphy podrían ser tomados como ejemplos de estas situaciones.

Giordano, cuya solvencia técnica está fuera de toda duda, acaba de hacerle un enorme favor a Milei: expuso el latrocinio construido en el mismo despacho de Alberto Fernández. El escándalo de las comisiones por los seguros se instaló en la opinión pública y por unos días servirá para tapar lo otro que preocupa en la coyuntura: la fuerte recesión que afecta a todas las actividades casi sin excepción y a la caída del salario real.

Aún así, Milei gozaría todavía de un fuerte apoyo social, pero su gobierno necesita aceleradamente de gestión y no solo la motosierra mordaz y cotidiana de Karina o el aislamiento funcional de Caputo quien solo habla con Milei y nadie más.

Del otro lado, en la oposición, todavía no hay nadie. La conferencia de Kicillof de hace unos días mostró los rostros que los argentinos sacaron corriendo en las últimas elecciones. El fondo era, verdaderamente, un tren fantasma. En el radicalismo nadie responde a nadie y en el resto del peronismo llevará un tiempo para que maduren otras construcciones. 

En esta plataforma política, el país está a la espera de una de las novedades que más le interesa a quienes siguen la economía: cuál será el aporte final del campo por la cosecha gruesa y hasta qué punto puede moverse la economía real con esos pesos frescos que recibirá el sector (a los dólares se los queda el Estado). Es el desahogo del siempre difícil primer trimestre de cada año.

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