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Por qué hoy es inviable la sustitución de importaciones

Por qué hoy es inviable la sustitución de importaciones

Con el objetivo de brindar una visión sobre el fortalecimiento de la competitividad y el mejoramiento de la posición estratégica de la Argentina en el mundo actual, la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) elaboró un extenso informe titulado “La inviabilidad de la sustitución de importaciones”.


“La economía global se ha integrado y la interrelación productiva hoy impide la vigencia exitosa de un sistema de sustitución de importaciones”, destaca el informe, tras agregar que “la internacionalización productiva lleva a la necesidad de fortalecer la competitividad, y ello supone que los países se destacan en aquello que desarrollan mejores atributos, participando del comercio o los flujos de inversiones para lo demás”.

Con una economía internacionalizada “no puede desarrollarse una economía sin acceso a las importaciones de insumos o bienes de capital”, indican, y argumentan que “los 10 productos más comercializados en 2017 en el mundo, todos se utilizaron para la producción en los países que los importaron”.

Entre ellos se destacan desde el petróleo crudos hasta partes de vehículos, circuitos integrados, computadoras, equipos de radiodifusión, medicamentos y gas de petróleo, entre otros.

Bienes intermedios y de capital

Bienes intermedios y bienes de capital, dirigidos a generar capacidad productiva, es lo que caracteriza a las importaciones del siglo 21, y una simple mirada a los volúmenes y valores de los ítem transados en todo el mundo confirman que la producción no es viable en un contexto de “restricción de acceso a las importaciones”.

Como corolario indirecto, “los países que más exportan son los que más importan, y los que más importan, a su vez, son las economías más avanzadas del mundo”.

“Los países que crecen tienden a incrementar su incidencia en las importaciones mundiales”, destaca el informe, tras señalar que “los que más han crecido en la participación en las importaciones mundiales son los asiáticos (que lo hicieron mientras comenzaron a progresar sostenidamente) incorporándose a los procesos productivos modernos”.

La situación argentina

En la Argentina, la sustitución de importaciones no generó los resultados pretendidos porque en el largo plazo la economía no crece porque tenga más demanda, sino por su productividad.

“La mayor demanda es consecuencia de la mayor productividad. Una vez que una persona puede producir más en menos tiempo genera
mayores ingresos, lo que le permite un mayor nivel de consumo. Pero es precisamente esa ganancia de productividad lo que la sustitución de importaciones impide”, explica la CIRA.

Con trabas comerciales, los insumos se encarecen y la producción se hace más ineficiente, generando un menor despliegue del potencial productivo.

De hecho, en los últimos 20 años, el mayor crecimiento económico del país ocurrió con mayores participaciones de importaciones en la economía”.

Las importaciones, en comparación con el PBI en dólares, arrojan las siguientes conclusiones:

Pese a lo que se cree, las importaciones durante la convertibilidad fueron siempre menores al 10% del PBI (en 1998 fue el mayor ratio: 9,7%).
Los mayores ratio de la historia moderna argentina se observaron en la primer década del siglo 21, cuando hubo alto crecimiento del PBI.
En 2003 se creció 8,8% y las importaciones fueron 10,8% del PBI.
En 2004, el PBI creció 9% y las importaciones fueron 13,6% del PBI.
En 2005, el PBI creció 8,9% y las importaciones fueron 14,4% del PBI.
En 2006, el PBI creció 8% y las importaciones fueron 14,7% del PBI.
En 2007, el PBI creció 9% y las importaciones fueron 15,5% del PBI.
Y en 2010, el PBI creció 10,1% y las importaciones fueron 13,4% del PBI.
En los años de malos resultados del PBI, las importaciones mostraron peor performance: apenas superaron el 10%/PBI entre 2015 y 2018.

“En 1990 el ratio argentino fue de 4,6%, el de Latinoamérica fue de 15% y el del mundo de 19,5%. En el año 2000 ese ratio fue en nuestro país de 11,6%, mientras en Latinoamérica llegó a 19,6% y en el mundo a 25,2%. Ya en 2010 se alcanzó en Argentina 16%, mientras fue de 21,2% en Latinoamérica y de 28,1% en el mundo”, amplía el informe.

Cadenas de valor

En la actualidad, la naturaleza del comercio exterior se explica bajo la modalidad de cadenas globales de valor.

“Cabe preguntarse –continúa el estudio– cuáles son los perjuicios de niveles de importación en relación con el PBI que no son altos: pues puede afirmarse que una economía que tiene niveles de importaciones mayores es una economía que facilita una mayor tasa de inversión (y en particular de inversión extranjera directa, que -como se ha probado empíricamente- se relaciona directamente con los niveles de importación), genera condiciones de competencia más exigentes (lo que contribuye a la desmonopolización), eleva su capacidad tecnológica en materia productiva y se acerca a estándares productivos de países más desarrollados”.

¿Qué se logra con un mayor nivel de importaciones?

Mejores condiciones para el incremento del capital de innovación.
Mejor acceso de consumidores a bienes y servicios de nivel internacional.
Produce mejoras cuantitativas en las actividades de servicios que se relacionan con las importaciones.
Facilita las exportaciones, porque los países que más exportan son los que más importan.
“Pese a lo que se cree, Argentina es una economía que aún no puede considerarse muy abierta”, afirma la CIRA, y argumenta que esta situación “afecta su capacidad de crecimiento sostenible y su capacidad productiva”.

A tal punto se extendió la especialización y la integración productiva internacional –lo que hace progresar a los países– que en este presente “la sustitución de importaciones no es viable”.

“Admitir esto debe ser fuente de referencia para la toma de decisiones de los decisores de políticas públicas, debe ser base de interpretación certera por parte de analistas, debe ser fuente de conocimiento para los actores económicos porque la normalización económica debería llevar a la Argentina a acercarse a condiciones propias de los demás países de la región y aun de la mayoría de los países del mundo”, amplían.

Eterna falacia

Asimismo, subrayan que las economías más competitivas del mundo tienen niveles de importaciones elevados, lo que “ratifica que es un falacia la supuesta competencia entre importaciones y producción local: la integración productiva internacional ha llevado a que todos sean parte de un sistema que va más allá de las fronteras, ahora que esas fronteras políticas se han debilitado y en materia económica, productiva y comercial, tienen menos incidencia (hoy, las fronteras unen más que lo que separan)”.

“No debe plantearse alarma alguna si las importaciones crecen, sino que al contrario, si ello ocurre es altamente probable que sea como consecuencia de necesidades de la economía local de accionar procesos que se han dado antes en los demás países”, añade el estudio.

Así, “si la Argentina logra los objetivos de crecer económicamente, mejorar su tasa de inversión, incrementar su productividad, elevar su recepción de inversión extranjera directa, elevar la participación del sector privado en la economía, mejorar los niveles de competencia en la economía local, acelerar su integración al mundo y aun exportar más, las importaciones inexorablemente crecerán”, concluye el trabajo.

Fuente: Trade News

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