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Economía: ¿Aguanta o no aguanta?

Economía: ¿Aguanta o no aguanta?

Columna por Walter Giannoni.


La “macro” mejora aceleradamente, con datos que sorprenden inclusive a los economistas más ortodoxos. Hasta el FMI ha quedado asombrado del ritmo del ajuste que proviene de un país caracterizado precisamente por incumplir las promesas. Nos conocen desde los pelos hasta la punta de los pies.

Como los almacenes de barrio, con “nuevos dueños”, la Argentina está embarcada en un redimensionamiento de sus números. Es casi en lo único que tiene puesta la cabeza Milei. No le pidan gestión de otro tenor. No está demasiado preocupado por otras cuestiones, al menos en estos primeros 4 meses.

Las únicas dos columnas que observa muy temprano por la mañana es cuánto entra y cuánto sale. Después se va a jugar con sus “hijos”. Él mismo lo ha dicho. La caída de la actividad hace que evidentemente entre menos plata, pero al mismo tiempo, la “motosierra” y la “licuadora” hacen su parte para que haya superávit.

Según datos de Ecosur, el nuevo centro de análisis económico conformado por la Bolsa de Comercio, en enero y febrero del año pasado, el déficit fiscal sumó -0,5%, solo por esos meses. En igual período de este año, es +0,1. Pasar de una foto a la otra es todo lo que estamos viendo en esta parte de la película.

Los jubilados y pensionados son los más perjudicados porque pese a la recomposición anunciada desde abril, perderán frente a la inflación acumulada de los primeros meses del año. Milei lo sabe perfectamente pero, de nuevo, toda la cabeza está en aquella suma y resta.

El otro frente pasa por el ajuste en los empleos públicos nacionales. Es un sector con una enorme capacidad de movilización que puede deparar una conflictividad significativa. Por ello, el Gobierno se respalda en la imagen que este sector tiene en la sociedad, sobre todo en aquellas reparticiones donde la política es más importante que los servicios prestados.

Los popes de la CGT amagan con un paro nacional, pero solo tienen para mostrar el mango de la fusta, abajo no hay tiento. Con su aval a Massa durante la campaña terminaron por dilapidar la escasa credibilidad que tenían.

Encima, si la inflación efectivamente va a la baja y repercute en los precios, la gente podrá ver algo distinto al derrotero que mostró la economía en los últimos años. ¿Aguanta o no aguanta? Esa es la pregunta que en general se realizan los politólogos. A la respuesta solo la da el tiempo.

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