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Para el pacto de mayo, Milei tendrá la chequera de la cosecha gruesa

Para el pacto de mayo, Milei tendrá la chequera de la cosecha gruesa

Aparecen algunas señales de que el ajuste que Milei prometió y nunca ocultó, comienza a restablecer reglas básicas del funcionamiento de la economía. Por ahora son solo eso, indicios.


Columna por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


El discurso de Milei pero con la oratoria de Cristina hubiera sido un golazo. A pesar de que el tono uniforme de a ratos parecía adormecedor, cada frase fue un puñal o un abrazo, más de lo primero que de lo segundo. No hubo sector de la Argentina que no haya sido mencionado en algún momento del discurso: políticos, emprendedores, empleados públicos fantasmas, jubilados, sector productivo, educación, sindicatos. Se acordó de todos y no se privó de adjetivos: casta, orcos, delincuentes, por mencionar sólo algunos. 

El presidente dedicó más del 70% del tiempo a describir la herencia recibida y el actual estado de cosas. Hubo frases en las que su pluma de economista fue evidente, tanto para mencionar la evolución del precio del dólar o las previsiones de la inflación como para proponer que sea considerado delito de lesa humanidad la emisión de dinero para financiar el déficit. 

Narró lo hecho en 82 días de gestión y anticipó que faltan meses duros. Por eso al final convocó a los argentinos a tener paciencia. Sabe que la estamos pasando mal pero ratificó que seguirá por esta senda, con apoyo legislativo o sin él. Se mostró filoso, firme y enfocado pero omitió transparentar cómo logrará bajar la inflación y eliminar los cepos. Sobre este último punto, se dio a conocer la recaudación de febrero en que los ingresos por impuesto Pais  crecieron más del 300%, probablemente explicado por el Bopreal, pero mostrando que será difícil eliminarlo o reemplazarlo.

Se trató un discurso académico para la tribuna, barricada de buenos modales. Probablemente el mayor aporte haya sido la “sorpresa” que él mismo anticipó que habría hacia el final. La Ley de Bases reconvertida a una especie de Pacto de La Moncloa de tercer mundo, que serviría para exponer ante la sociedad a quienes no estén dispuestos a alinearse a su proyecto libertario. No parece una jugada conciliadora luego de una semana de traspiés políticos con las provincias. 

El presidente apuesta fuerte en un contexto en el que el respaldo de la ciudadanía se mantiene casi en los mismos niveles de su asunción y en el que el mercado le está dando señales de apoyo con un peso apreciándose, bonos en suba y riesgo país en baja, mostrando que no hay señales de estrés en el horizonte de los inversores. Con el Pacto de Mayo logra correr el arco para generar expectativas mientras aguarda el resultado de las negociaciones con el Fondo y el ingreso de los dólares de la cosecha gruesa, que le darían aire y valor para llegar a la firma con la chequera en la mano. Stay tunned!

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